¿sabes lo que me estás llamando?


¡Eres un vándalo!

Los vándalos fueron un pueblo germano de Europa central. Los lugiones o vándalos provenían del sur de Escandinavia, y en el apogeo del Imperio Romano ocupaban el norte de Bohemia. La palabra vándalo parece tener un doble significado y querría decir «los que cambian» y «los hábiles», mientras que su otro nombre, lugios o lugiones, también con doble significado, querría decir «mentirosos» y «confederados».

Debido a la presión de los pueblos godos, comenzaron a migrar al sureste, llegando incluso a orillas del Mar Negro. Hacia el año 171 Roma les permitió instalarse en la frontera septentrional de Dacia. Más adelante se hicieron dueños de la Dacia Occidental durante unos decenios. De nuevo bajo la presión de los godos tuvieron que desplazarse hasta Panonia, región que abandonaron para unirse a los suevos y alanos e invadir las Galias. Llegaron a Hispania en el año 409 y antes de pasar a África durante el año 429, saquearon y asolaron grandes ciudades como Carthago Nova o Hispalis.

Solo resta decir que desde Tánger y Ceuta se desplazaron a la importante zona cerealista del actual Túnez, estableciendose allí de forma definitiva. Llegaron a controlar toda la costa africana de lo que hoy sería Argelia y Túnez, así como las Islas Baleares, Cócerga, Cerdeña, y parte de Sicilia, adueñándose de todo el comercio marítimo del Mediterráneo Occidental durante un siglo. Por eso, vándalo no debería usarse para alguien que comete acciones propias de gente salvaje y desalmada, debería ser alguien que cambia mucho de domicilio y acaba instalándose a orillas del mar Mediterráneo. Por ejemplo: "El bisabuelo de Marta nació en un barco en mitad del Atlántico. Sus hijos se mudaron de Granada a mediados de los cincuenta y los padres de Marta nacieron en Burgos, pero se trasladaron a Madrid. Ahora Marta, tras pasar un tiempo en San Francisco se ha instalado en Vitoria. ¡Marta es una vándala".

¡Eres un fariseo!

Los fariseos eran una comunidad judía que existió hasta el siglo II d.C. El grupo atribuía su inicio al período de la cautividad babilónica, pero otros sitúan su origen durante la dominación persa o los consideraban sucesores de los hasidim. Este grupo es citado numerosas veces en los Evangelios cristianos.

A diferencia de los saduceos, los fariseos lograron que sus interpretaciones fueran aceptadas por la mayoría de los judíos. Por ello, tras la caída del Templo, los fariseos tomaron el control del judaísmo oficial, y transformaron el culto.

Los fariseos se opusieron a la política del Sumo Sacerdote Juan Hircano (134-104 a.C.), el cual reinó  apoyado por los saduceos. Juan Hircano vivía más como un rey pagano que como un sacerdote judío, y los sectores tradicionalistas criticaban la identificación entre la realeza y el sacerdocio, reclamando una separación de ambas funciones. El líder fariseo Eleázar exigió que Juan Hircano renunciara al sumo sacerdocio. El enfrentamiento de los fariseos contra los saduceos se agudizó durante los reinados de los hijos de éste, Aristóbulo I (104-103 a.C.) y Alejandro Janeo (103-76 a.C.) Este último reprimió un levantamiento popular e hizo crucificar a tres mil fariseos. En el año 4 a.C. a causa de otro levantamiento volvieron a crucificar a otros dos mil rebeldes. Alguien debería llevar a cabo un estudio relacionando la práctica de la crucifixión con la desertificación.

En una incorrecta interpretación de los evangelios, fariseo ha pasado a ser un hombre hipócrita o un hombre alto, seco y de mala intención . Un fariseo debería ser alguien de una secta religiosa que pretende hacerse con el control político y religioso. Por ejemplo: "Mira a esa familia de fariseos en el concierto de piano de su séptimo vástago. Está tocando el Op.32 de Chopin".